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Enoturismo en Canarias: descubrir el vino entre volcanes y océano

El enoturismo en Canarias no es solo visitar bodegas; es adentrarse en la historia de las islas, pasear entre viñedos centenarios, descubrir la influencia del volcán en los suelos y degustar vinos irrepetibles que reflejan el carácter de cada isla. Las experiencias que ofrecen las bodegas canarias combinan paisaje, tradición y cultura en torno al vino.

Gran Canaria: viñedos entre cumbres y barrancos

En Gran Canaria el vino se cultiva desde el siglo XV. Hoy la isla combina tradición y modernidad en bodegas que ofrecen experiencias enoturísticas singulares. En Santa Brígida, la Bodega San Juan invita a recorrer su pequeño museo del vino y sus lagares antiguos antes de disfrutar de una cata maridada con productos locales.

En el valle de Agaete, Bodegas Los Berrazales sorprende con un paisaje donde conviven viñedos, cafetales y frutales tropicales, reflejo de la biodiversidad agrícola de Canarias. Más arriba, en Tejeda, los vinos de montaña de Bodegas Bentayga nacen a más de mil metros de altitud y muestran un marcado carácter volcánico. También destacan Bodegas Las Tirajanas, con su wine bar y visitas guiadas, y Bodegas Conatvs, ejemplo de cómo tradición y paisaje se integran en una propuesta enoturística completa.

Tenerife: la isla de los contrastes vitivinícolas

Tenerife concentra cinco denominaciones de origen y una asombrosa diversidad de microclimas. En Tegueste, Bodega El Lomo combina la tradición con servicios modernos como restaurante y tienda. En El Sauzal, Bodega Linaje del Pago ofrece catas entre antiguas casas rurales restauradas, mientras que Bodegas Monje destaca por su creatividad con catas bajo las estrellas o vinos envejecidos bajo el mar.

En Tacoronte, Bodegas El Sitio ofrece recorridos guiados con vistas espectaculares, y Bodegas Ferrera, en Güimar, apuesta por la viticultura ecológica. En el sur de la isla, Bodega Frontos combina paisaje árido con vinos de carácter atlántico, Bodegas Reverón permite conocer la viticultura de montaña, la elaboración del vino y disfrutar de catas acompañadas de picoteo o gastronomía y Bodegas Viñátigo, en La Guancha, recupera variedades autóctonas que muestran la riqueza vitivinícola tinerfeña.

Lanzarote: la magia de los viñedos volcánicos

El paisaje de La Geria, con sus vides plantadas en hoyos de ceniza volcánica protegidos por muros semicirculares, es un icono del enoturismo mundial. En este escenario único se encuentra Bodegas El Grifo, una de las más antiguas de España, que ofrece museo del vino, visitas guiadas y catas que permiten descubrir la magia de los vinos volcánicos.

La Palma: vinos de altura y tradición

La llamada isla bonita ofrece experiencias enoturísticas que combinan autenticidad y altura. En Tijarafe, la Bodega Castro y Magán (Tendal) mantiene viva la tradición vinícola palmera con visitas y degustaciones bajo cita previa, acercando al visitante al alma del vino local.

El valor del enoturismo en Canarias

El enoturismo en Canarias está en plena evolución. Aunque aún no cuenta con la infraestructura de regiones vitivinícolas más consolidadas, ofrece algo que las diferencia: autenticidad. Cada isla posee sus propias variedades, paisajes y formas de entender el vino, haciendo que cada experiencia sea irrepetible.

Desde los viñedos heroicos de Tenerife y Gran Canaria hasta los paisajes volcánicos de Lanzarote o las cumbres verdes de La Palma, el viajero descubre un mosaico de propuestas unidas por la pasión de los bodegueros y la riqueza de la tierra.

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